Cuando nuestro hijo empieza a interactuar con los demás niños, a jugar en el cole, a realizar dibujos en papel y a fijarse en colores y formas, es cuando podemos identificar algún tipo de anomalía en la visión del pequeño. Debemos estar pendientes de las acciones que el niño realiza con los diferentes ejercicios y pruebas que se le presentan en el día a día, y de los posibles síntomas que pueda tener durante o al finalizar alguna acción.
Debemos sospechar de algún problema visual en el niño si se detectan los siguientes síntomas:
- Se acerca mucho al texto para leer o escribir.
- Mueve la cabeza cuando lee o escribe.
- Cierra un ojo o se lo tapa.
- Tiene los ojos enrojecidos, con orzuelos.
- Dolor de cabeza frecuente.
- Se frota mucho los ojos o parpadea demasiado.
- Acompaña la lectura con el dedo.
- Confunde o Invierte letras o palabras.
- Vocaliza cuando lee en voz baja.
- No comprende lo que lee.
- Se cansa fácilmente y no mantiene la atención.
- Lee muy despacio.
Si has respondido de manera afirmativa a 3 o más de los tics, llámanos para concertar una cita.